martes, 9 de agosto de 2016

Circulos de lluvia - Reseña

Sinopsis


¿Una historia realmente termina cuando cerramos el libro? ¿Alguna vez te has preguntado de dónde vienen los cuentos o a dónde se van? Porque las historias no siempre son como nos las contaron...

Dos hermanos descubren que los antiguos lazos con magia negra no se rompen fácilmente... y que por ello hay que pagar un precio muy alto. Una sociedad secreta y su ejército de huérfanos deciden desenterrar el tesoro más grande del mundo, sin saber cuánto pueden con ello cambiar a la humanidad. El último príncipe de Arzallum viaja para consumar un matrimonio forzado en una tierra de cuya existencia desconfía. Una adolescente descubre que tiene el poder para entrar en contacto con el más allá... y mediar entre los dos mundos.

Y un niño de cinco años escala un árbol maldito que lo lleva a los Reinos Superiores, trastocando el orden establecido y dando lugar a la guerra más encarnecida que haya habido jamás en Nueva Éter.



Repite conmigo: este no es un cuento para niños. Este no es un cuento para niños. Al menos, no como te lo contaron cuando eras un crío, porque seguramente es igual de oscuro que la versión original de la historia.

Ya está. ¿Listo para continuar? A diferencia del flojeo argumental entre Cazadores de brujas y Corazones de nieve, Círculos de lluvia arranca con todo. La guerra ha llegado a Nueva Éter y todas las fuerzas que habitan en este universo de fantasía tienen un papel crucial que desempeñar. Con tal de ser reina, una mujer es capaz de traicionar a su raza y a su familia, resucitando un viejo conflicto y usando la magia para ello. Para salvar el mundo tal y como lo conocen, amigos y enemigos pelean codo con codo, hadas oscuras ofrecen tratos con mortales desesperados para darles la fuerza que estos ansían, un príncipe abandona a la que es el amor de su vida para buscar aliados en tierras lejanas que están entre el sueño y la realidad. E incluso dos semidioses se manifiestan, otorgando consuelo y reafirmando la seguridad de aquellos que siguen creyendo que su cuento tendrá un final feliz. 

Sí, siguen habiendo brujas. Sí, ahora se unen los gigantes a la refriega. Sí, aparece Gulliver en escena. Sí, finalmente descubrimos de qué cuento proviene la idea de la que surgió el intrépido Snail. Sí, aparece una versión muy extraña del País de Nunca Jamás, con el Rey Elfo, las elfas amazonas y los indios mohicanos. Sí, hace tiempo que dejé de sorprenderme por los cambios radicales que Raphael Draccon estableció con los cuentos originales. Después del Eterpunk, ya nada me sorprende.

¿Importa eso ahora?

Ya comenté en entradas anteriores que Círculos de lluvia es mi libro favorito de esta trilogía. De hecho, tiene un lugar destacado en la sección Sobre mí de este blog. Tengo varias razones para considerarlo en esta posición, algunas de ellas hechas como lectora voraz que soy, y otras como wannabe de escritora. 

En primer lugar, está la prosa del libro. Lejos queda ya cuando Raphael Draccon te describe de manera innecesaria la manzana que tienes ante tus manos con lujo de detalles. Sí, todavía hay algunas que sobran, pero en general son concisas y sirven para lo que son: hacerte ver a tí mismo dentro de la historia. Esto aligera la lectura, por lo que ahora puedes devorar páginas enteras de manera rápida sin temor a que se te escape por allí un detalle importante que después estarás buscando y no verás venir. 

La narración, fresca y envolvente. Estamos ante una guerra, y aunque todavía hay momentos de relativa paz, en general nos estamos preparando para un enfrentamiento final y a nadie se le olvida recordártelo. Sí, Ariane puede pelearse con Joao y mandarlo al demonio, pero dentro de su berrinche tiene presente que hay una amenaza mayor con la qué debe lidiar. Nos prometen un enfrentamiento épico y nos dan mucho más que un enfrentamiento épico. Hasta ahí lo voy a dejar, para no entrar en detalles. 


"—¡Y que el toque de la lluvia queme sus pieles como agua hirviendo! —gritó con énfasis la bruja maldita mientras el bardo repetía una vez más sus gritos en ögr.
     Después de la traducción, el bardo sonrió.
     —¿De qué te ríes? ¿No está bien? —le susurró Clarabela a Hamelín entre fingimientos y simulaciones.
    —Sí. Lo que pasa es que en Brobdingnag no llueve. ¡No por casualidad lo llaman el reino encima de los cielos!
    —¡Ay, al diablo! Hoy lloverá."


La evolución de los personajes y de la historia en sí. En Cazadores de brujas nos entregaron una idea y nos prometieron que los cuentos de hadas no son enteramente como nos los habían contado. Los personajes tienen lo suyo, sí, pero el Joao del primer libro y el Joao del tercero son muy diferentes. Extremadamente diferentes, y no para peor. Lo mismo pasa con Ariane, Axel, Snail y Liriel, y eso enriquece a la historia, porque todo se vuelve más impredecible y serio. Esto me lleva a otra conclusión:


"En el salón detrás del rey gigante había reliquias que contaban la historia del mundo, pero había sólo un bulto en sus manos, del tamaño de una estatua humana. Del tamaño de un cuerpo humano.
     Del tamaño de un cadáver humano."


La dualidad del bien y del mal. En los cuentos de hadas tradicionales, tenemos muy claro quiénes son los buenos y quiénes son los malos. Dragones de Eter nos muestra que la bondad y la maldad caminan de la mano, y que todos nosotros tenemos la posibilidad de elegir quiénes somos y cómo es que queremos seguir nuestras vidas. Incluso si nos consideramos rematadamente buenos y nobles, que no inocentes porque entonces seríamos elfos, a lo largo de nuestra vida tendremos pruebas que nos pueden llevar a sacrificar esa rectitud por algo superior. Personajes a los que creíamos nobles pueden tener sus momentos de corrupción, y niños que odian la brujería se ven obligados a aceptar la intervención de un poder caído con tal de alcanzar sus sueños. Pillos a los que temerías que te robasen el reloj mientras caminas por la calle que son capaces de hacer el mayor acto de sacrificio. Y criaturas tocadas por la desdicha que en su hora más oscura todavía son capaces de apreciar la bondad del mundo.


"El instinto animal de Peter Pendragon tomó el control y, rugiendo como un animal, el señor de los dragones corrió. Corrió como un elfo preparado para la guerra, como un hombre maduro para el mundo, como un niño asustado con el titubeo de la inocencia."


Somos testigo del crecimiento como escritor del autor. Y el final. El conflicto de toda la saga se resuelve de una manera magistral, con intervención de personajes dispares y acciones que nunca habrías podido imaginar. ¿Hay un y vivieron felices por siempre? Eso no lo sé, porque si algo me ha enseñado Raphael Draccon es que las historias no acaban cuando tú cierras el libro, sino que ellas fluyen por su cuenta y se transforman. Y sí, queda la promesa de que Nueva Éter tiene todavía muchas cosas por contar.

Por lo pronto, yo lo recomiendo ampliamente, y me parece una pena que no tenga la difusión que otras obras. 


1 comentario:

  1. Y, bueno, lo mismo: no leí el primero, pero tomo muy en cuenta tu reseña y quizás lo haga, si puedo :)
    Un besito.

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