lunes, 29 de agosto de 2016

Finalmenta, ¡Holanda!


Pues aquí estoy, dando señales de vida una vez más. ¿Recuerdan que dije que este blog sería algo así como mi bitácora de viaje? Creo que estoy un poco desfasada con esa idea -.-

Llegué al aeropuerto de Schiphol el 16 de agosto (sí, mañana harán dos semanas) y lo primero que hice después de pasar la aduana y recoger mis maletas, fue comprarme una OV-chipcard anónima para poder viajar en tren hasta Wageningen, que es en donde se encuentra la universidad que elegí. Pues bien, tal y como temía me perdí. En lugar de tomar un tren con rumbo a Nijmegen (es el destino final, pasa por Ultrech y Ede-Wageningen), me subí a uno que me iba a llevar a Haarlem. 

Afortunadamente me di cuenta cuando todavía estaba en Amsterdam e hice el traspaso de tren, pero el punto es que comenzamos con buen pie. 

Recomendación: fijarse y revisar las veces que sean necesarias que el tren en el que te vas a subir pasa por tu destino. No, no importa que estés en la estación correcta, cerciórate que el tren también es el correcto. 

Las he visto llevando a dos niños atrás
y uno más sentados delante de ellas.
Tal y como imaginaba, el choque cultural sigue siendo interesante. En primer lugar tenemos el uso de la bicicleta. Al menos para mí, el hecho de usar una bicicleta en México como medio de transporte y no de recreación, es un tanto peligroso. Los automovilistas no te respetan, los buses te embisten, los peatones invaden los pocos carriles de bicis, dichos carriles están mal planeados... Aquí, sin embargo, hay una vía específica para bicicletas, y todo el mundo usa una. ¡He visto madres cargando a todos sus hijos en una!

Luego está mi pequeño estudio compartido. Cuando abrí la puerta ese primer día, emocionada porque iba a conocer el lugar en el que todavía planeo vivir durante dos años, me encontré con un cuarto casi casi en obra negra. Resanador en las paredes, cal en el piso, y ni siquiera había luces en el techo. Lo único que estaba terminado era el baño y creo que solo por eso no lloré ese primer día. Hoy por hoy ya tengo una cocina funcional con un horno de microondas y varias cacerolas, así como dos parrillas eléctricas; mi cama, un escritorio, cortinas y una lámpara en el techo porque la instalación de la otra no funciona.

Vista desde otro ángulo
La flamante habitación ese primer día
Un paréntesis aparte lo merece el piso. En México la mayoría de los pisos en las habitaciones son de azulejos o de concreto aplanado y cubierto con pintura. Los que no, están cubiertos con mármol o alfombra. Y los menos son de madera y vinil. Pues bien, en esta parte del mundo lo común es tener de estos últimos. Y sí, nos gastamos un dineral en comprar 18 m2 de madera porque era el más barato, dicho sea de paso. Ah, los costos de vivir en el primer mundo y enfrente de la Universidad  :(

La vista desde la ventana lo vale
todo.

Para no contar más pormenores, lo que hice en esos primeros días fue registrar mi llegada a la Universidad, comprar una bicicleta como de quinta o sexta mano (para la basura, diría una amiga por acá), inscribirme a la Municipalidad para que me den mi permiso de residencia temporal, comprar una cama y utensilios de cocina, pintar la habitación, poner las cortinas y las lámparas. Ah, y arreglar el internet. Sí, en ese orden. Sí, lo hice yo misma. Sí, estoy orgullosa de lo que logré (?).

También participé en la semana de inducción que organizó la Universidad para los alumnos de nuevo ingreso. Fue fantástica, conocí gente e hice buenos amigos de todos los continentes excepto la Antártida por obvias razones, pero creo que ese evento se merece una entrada por sí mismo. Wait for it. 

Por último, me gustaría dejarles algunas imágenes de la preciosa Wageningen. Es un pequeño lugar en el corazón de los Países Bajos, en donde no tenemos ni siquiera una estación de tren (la más cercana está en Ede), mucho menos un aeropuerto. Sin embargo, aquí se encuentra la mejor Universidad del país y yo vivo enfrente de ella, y fue también aquí en donde se firmó la liberación de los Países Bajos después de la Segunda Guerra Mundial. Un lugar con historia, vamos. 


La Iglesia, corazón de la ciudad

Un día por el centro

Wageningen UR por la noche

Hotel en donde se firmó la liberación




martes, 9 de agosto de 2016

Circulos de lluvia - Reseña

Sinopsis


¿Una historia realmente termina cuando cerramos el libro? ¿Alguna vez te has preguntado de dónde vienen los cuentos o a dónde se van? Porque las historias no siempre son como nos las contaron...

Dos hermanos descubren que los antiguos lazos con magia negra no se rompen fácilmente... y que por ello hay que pagar un precio muy alto. Una sociedad secreta y su ejército de huérfanos deciden desenterrar el tesoro más grande del mundo, sin saber cuánto pueden con ello cambiar a la humanidad. El último príncipe de Arzallum viaja para consumar un matrimonio forzado en una tierra de cuya existencia desconfía. Una adolescente descubre que tiene el poder para entrar en contacto con el más allá... y mediar entre los dos mundos.

Y un niño de cinco años escala un árbol maldito que lo lleva a los Reinos Superiores, trastocando el orden establecido y dando lugar a la guerra más encarnecida que haya habido jamás en Nueva Éter.



Repite conmigo: este no es un cuento para niños. Este no es un cuento para niños. Al menos, no como te lo contaron cuando eras un crío, porque seguramente es igual de oscuro que la versión original de la historia.

Ya está. ¿Listo para continuar? A diferencia del flojeo argumental entre Cazadores de brujas y Corazones de nieve, Círculos de lluvia arranca con todo. La guerra ha llegado a Nueva Éter y todas las fuerzas que habitan en este universo de fantasía tienen un papel crucial que desempeñar. Con tal de ser reina, una mujer es capaz de traicionar a su raza y a su familia, resucitando un viejo conflicto y usando la magia para ello. Para salvar el mundo tal y como lo conocen, amigos y enemigos pelean codo con codo, hadas oscuras ofrecen tratos con mortales desesperados para darles la fuerza que estos ansían, un príncipe abandona a la que es el amor de su vida para buscar aliados en tierras lejanas que están entre el sueño y la realidad. E incluso dos semidioses se manifiestan, otorgando consuelo y reafirmando la seguridad de aquellos que siguen creyendo que su cuento tendrá un final feliz. 

Sí, siguen habiendo brujas. Sí, ahora se unen los gigantes a la refriega. Sí, aparece Gulliver en escena. Sí, finalmente descubrimos de qué cuento proviene la idea de la que surgió el intrépido Snail. Sí, aparece una versión muy extraña del País de Nunca Jamás, con el Rey Elfo, las elfas amazonas y los indios mohicanos. Sí, hace tiempo que dejé de sorprenderme por los cambios radicales que Raphael Draccon estableció con los cuentos originales. Después del Eterpunk, ya nada me sorprende.

¿Importa eso ahora?

Ya comenté en entradas anteriores que Círculos de lluvia es mi libro favorito de esta trilogía. De hecho, tiene un lugar destacado en la sección Sobre mí de este blog. Tengo varias razones para considerarlo en esta posición, algunas de ellas hechas como lectora voraz que soy, y otras como wannabe de escritora. 

En primer lugar, está la prosa del libro. Lejos queda ya cuando Raphael Draccon te describe de manera innecesaria la manzana que tienes ante tus manos con lujo de detalles. Sí, todavía hay algunas que sobran, pero en general son concisas y sirven para lo que son: hacerte ver a tí mismo dentro de la historia. Esto aligera la lectura, por lo que ahora puedes devorar páginas enteras de manera rápida sin temor a que se te escape por allí un detalle importante que después estarás buscando y no verás venir. 

La narración, fresca y envolvente. Estamos ante una guerra, y aunque todavía hay momentos de relativa paz, en general nos estamos preparando para un enfrentamiento final y a nadie se le olvida recordártelo. Sí, Ariane puede pelearse con Joao y mandarlo al demonio, pero dentro de su berrinche tiene presente que hay una amenaza mayor con la qué debe lidiar. Nos prometen un enfrentamiento épico y nos dan mucho más que un enfrentamiento épico. Hasta ahí lo voy a dejar, para no entrar en detalles. 


"—¡Y que el toque de la lluvia queme sus pieles como agua hirviendo! —gritó con énfasis la bruja maldita mientras el bardo repetía una vez más sus gritos en ögr.
     Después de la traducción, el bardo sonrió.
     —¿De qué te ríes? ¿No está bien? —le susurró Clarabela a Hamelín entre fingimientos y simulaciones.
    —Sí. Lo que pasa es que en Brobdingnag no llueve. ¡No por casualidad lo llaman el reino encima de los cielos!
    —¡Ay, al diablo! Hoy lloverá."


La evolución de los personajes y de la historia en sí. En Cazadores de brujas nos entregaron una idea y nos prometieron que los cuentos de hadas no son enteramente como nos los habían contado. Los personajes tienen lo suyo, sí, pero el Joao del primer libro y el Joao del tercero son muy diferentes. Extremadamente diferentes, y no para peor. Lo mismo pasa con Ariane, Axel, Snail y Liriel, y eso enriquece a la historia, porque todo se vuelve más impredecible y serio. Esto me lleva a otra conclusión:


"En el salón detrás del rey gigante había reliquias que contaban la historia del mundo, pero había sólo un bulto en sus manos, del tamaño de una estatua humana. Del tamaño de un cuerpo humano.
     Del tamaño de un cadáver humano."


La dualidad del bien y del mal. En los cuentos de hadas tradicionales, tenemos muy claro quiénes son los buenos y quiénes son los malos. Dragones de Eter nos muestra que la bondad y la maldad caminan de la mano, y que todos nosotros tenemos la posibilidad de elegir quiénes somos y cómo es que queremos seguir nuestras vidas. Incluso si nos consideramos rematadamente buenos y nobles, que no inocentes porque entonces seríamos elfos, a lo largo de nuestra vida tendremos pruebas que nos pueden llevar a sacrificar esa rectitud por algo superior. Personajes a los que creíamos nobles pueden tener sus momentos de corrupción, y niños que odian la brujería se ven obligados a aceptar la intervención de un poder caído con tal de alcanzar sus sueños. Pillos a los que temerías que te robasen el reloj mientras caminas por la calle que son capaces de hacer el mayor acto de sacrificio. Y criaturas tocadas por la desdicha que en su hora más oscura todavía son capaces de apreciar la bondad del mundo.


"El instinto animal de Peter Pendragon tomó el control y, rugiendo como un animal, el señor de los dragones corrió. Corrió como un elfo preparado para la guerra, como un hombre maduro para el mundo, como un niño asustado con el titubeo de la inocencia."


Somos testigo del crecimiento como escritor del autor. Y el final. El conflicto de toda la saga se resuelve de una manera magistral, con intervención de personajes dispares y acciones que nunca habrías podido imaginar. ¿Hay un y vivieron felices por siempre? Eso no lo sé, porque si algo me ha enseñado Raphael Draccon es que las historias no acaban cuando tú cierras el libro, sino que ellas fluyen por su cuenta y se transforman. Y sí, queda la promesa de que Nueva Éter tiene todavía muchas cosas por contar.

Por lo pronto, yo lo recomiendo ampliamente, y me parece una pena que no tenga la difusión que otras obras. 


lunes, 1 de agosto de 2016

Corazones de nieve - Reseña


Sinopsis


¿Una historia realmente termina cuando cerramos el libro? ¿Alguna vez te has preguntado de dónde vienen los cuentos o a dónde se van? Porque las historias no siempre son como nos las contaron...


Dos antiguas sociedades secretas, que debían haber sido exterminadas, renacen con más fuerza que nunca. Después de dos décadas encarcelado, un ex prisionero reconocido mundialmente por sus ideas de rebeldía y por robar a los ricos para dar a los pobres es liberado, desenterrando así peligrosas canciones de guerra. El último príncipe de Arzallum está listo para participar en el torneo de box más importante de toda Nueva Éter: el Puño de Hierro. Y la tecnología de Oriente llega de manera devastadora al Gran Palacio, dando inicio a un proceso que fusionará magia y ciencia, modificando todo el conocimiento científico que el Occidente imaginaba poseer.



Continúa la maravillosa historia que dejamos abandonada en Cazadores de brujas. Después de los trágicos eventos que resultaron del despertar de la magia negra en Nueva Éter, la vida en Arzallum cambia radicalmente y sus habitantes se ven obligados a hacer frente a un nuevo periodo de incertidumbre. Al mismo tiempo que nuestra Caperucita Roja entra en la adolescencia y que Joao Hanson pierde la fe en su padre, el príncipe Axel se prepara para participar en el torneo de pugilismo conocido como el Puño de Hierro y un reo es liberado a petición de un Rey. Una nueva guerra se avecina en el horizonte, y mientras los Caballeros de Helsin resurgen para combatir a las brujas, una extraña nave venida de oriente desciende sobre el palacio de Arzallum en medio de una reunión de reyes trayendo consigo una serie de eventos que podrían cambiar el curso de la historia.

Al elenco que ya conocemos del libro anterior se unen personajes icónicos como son la flamante y malvada madrastra de Blancanieves, Robin Hood y su amada Marion, los siete maestres enanos, Oliver Twist y su banda de desheredados, genios que hacen tratos con los humanos, minotauros, nigromantes, brujas blancas... y Rumpelstiltskin. ¿Qué es lo que puede salir de este mezcladillo? 

No, no se trata de otra película de Shrek, aunque tenga la pinta de serlo.


"Existen varios corazones latiendo dentro del pecho de un ser humano. Corazones de éter, de nieve, de invierno, de hielo. Corazones fríos en busca de sentimientos que los calienten, basados en sentimientos mucho más fáciles de ser cantados que en verdad sentidos."


Aquí no hay chascarrillos ni parodias inteligentes. Es más, aquí todos los cuentos son mucho más siniestros de lo que te imaginas. A Raphael Draccon no le incomoda hablarte de muerte y destrucción. Así como son parte de nuestro día a día, la lucha del ser humano por sobrevivir también está presente en esta trilogía y él te lo muestra con niños que se ven obligados a convertirse en adultos rápidamente; en jóvenes huérfanas que tienen en sus manos las vidas de cientos; en príncipes que se enfrentan a su propia debilidad y se ven desgarrados entre el cumplimiento del deber y en lo que aman de verdad. A nosotros se nos contó que los cuentos de hadas siempre tienen un y vivieron felices para siempre, pero jamás se nos habló de los sacrificios que fueron necesarios para que ese final feliz pudiera existir. 

Hay magia, sí, y mucha fe en los semidioses. Pero, al final del día, todos deben poner de su parte para ser capaces de vislumbrar un nuevo amanecer. 


¿Qué me gustó?
La complejidad de la historia y el desarrollo de los personajes. En Cazadores de brujas pasaron tantas cosas al final, y estoy tan acostumbrada a lidiar con personajes medianamente planos, que me sorprendió la evolución que muchos de ellos presentaron a la mitad de Corazones de Nieve. En el que más noté este crecimiento fue en Joao Hanson, quien dejó de comportarse como un niño prácticamente de la noche a la mañana a raíz de un suceso, y comenzó a tomar decisiones que corresponderían más a los adultos. Este cambio no es chocante, pues está plenamente justificado.

Maria, Ariane y Joao

La llegada de Rumpelstiltskin y todos los cambios que esta trae consigo tampoco tienen desperdicio. ¿Qué es lo que pretende este hombrecillo? ¿Cómo es que tiene una máquina voladora y puede formar figuras humanas con la arena? Incluso la wannabe nueva esposa del Rey Corazón de Nieve tiene su momento estelar al compartir una conversación importante con la adorable y odiosa princesa Blanca. Con unas cuantas frases, ya tiene a la chiquilla comiendo de su mano. 

Tampoco puedo dejar de mencionar el estilo de la narración. Draccon escribe de tal manera, y tiene una facilidad para las palabras, que realmente te invita a formar parte de la historia (no bromeo, en realidad habla contigo). Y qué decir de los maestres enanos. Para mí, ellos fueron las estrellas de esta entrega. 

"Pues la mitad de la vida de un ser humano implica sobrevivir al mundo. La otra mitad, descubrir un significado para su existencia."




¿Qué no me gustó?
Nuevamente la cantidad de descripciones innecesarias que llega a haber en el libro, sobre todo en el primer tercio. Después de haber sobrevivido al final lleno de acción y revelaciones de Cazadores de brujas, Corazones de nieve arranca con un ritmo más pausado. Mucho más pausado.  Si se lee inmediatamente después del primero, la sensacion que da es que comienza leeento y que no pasa naaada. Estuve a punto de botar el libro más de una vez. 

Afortunadamente esto se arregla rápido, aunque no tanto como para evitarnos el casi eterno torneo del Puño de Hierro. Fueron hojas y hojas de ver cómo los pugilistas de diversas naciones se machacaban a golpes entre sí, y aunque entiendo que este es importante para el desarrollo del personaje de Axel, al menos pudo haber sido más activo para el lector. Porque oye, que se intercale entre la reunión de los malos malosos que planean hacerse con el reino de los Corazones de Nieve, los sueños interdimensionales de Ariane Narín, y las aventuras de Liriel y Smaug, todos ellos más emocionantes que el susodicho torneo, la verdad dan ganas de saltarse esas páginas de una vez por todas. 

Y, muy personalmente, no me agradó la adorable y no-sirvo-para-nada Blanca Corazón de Nieve. Qué le voy a hacer, de entrada no me gusta Blancanieves (gracias, Disney), y menos cuando se trata de una chica que es una princesa de cuento de hadas de los pies a la cabeza: hermosa, delicada, enamorada, confiada, gentil; y todos esos apelativos que se pueden resumir en una palabra: débil. No hay una princesa más princesa en toda la historia que esta muchachita, así como no hay enanos más fregones que los maestres enanos que viven en las siete montañas (¿ya les conté que son la onda?). No es su culpa, sin embargo, pues ha crecido protegida y rodeada de afecto, y no puede concebir que la maldad esté arrasando su tierra y quiera destruir con lo que ella más ama.

Como sea, uno quiere soltarle un golpe de vez en cuando.

"-¿Sabes que las lágrimas de un príncipe son importantes para los rituales mágicos?
-¿Es así, princesa? ¿Y las lágrimas de los reyes?
-Ésas son capaces incluso de purificar un espíritu..."



¿Lo recomiendo?
Sí. No tanto como a Cazadores de brujas excepto por los enanos, pero definitivamente lo recomiendo. Es un punto de inflexión necesario para comprender la podredumbre que se ha extendido por Nueva Éter y para hacer que los personajes comprendan sus propias debilidades y hagan lo posible por expandir sus límites. Además, no te quieres perder la tercera parte. Creeme, no quieres hacerlo.