domingo, 4 de junio de 2017

De viaje - Brugge

¡Ah, Bélgica, ese pequeño país al sur de los Países Bajos que queda cerca y al que todavía no había visitado! En parte es totalmente mi culpa, pues quedando tan cerca siempre pienso en hacer planes para visitar lugares más lejanos porque, total, este queda perfecto para una escapada de fin de semana. 

Algo así sucedió hace unos días, cuando un amigo me invitó a acompañarles a él y a otras chicas a la ciudad de Brugge. Habiendo sido esta una de las ciudades que mi hermana visitó cuando estuvo de visita en Europa hace ya varios años, y habiendo también recibido buenos comentarios acerca de ella por otras personas, no lo pensé mucho y me les uní. 

Brugge, también conocida como Bruges en francés y Brujas en español, es una bonita ciudad medieval abarrotada de turistas. Y, como me ha venido sucediendo ya con anterioridad, allí a dónde fuera, allí escuchaba a la gente hablar en español. Por cierto, aunque sonoramente Brujas es similar a Brugge, el significado es completamente diferente. Proviene del antiguo neerlandés brugga... que en español sería puente. Y sí, Brugge tiene bastantes puentes que atraviesan sus muchos canales, así que el nombre le queda muy bien. 

El sitio más fotografiado de Brugge.
Hablando del idioma... en Bélgica se tienen dos idiomas oficiales: el francés y el neerlandés. Tiene sentido si recordamos que el país tiene como vecinos a Francia y a los Países Bajos. Al ser Brugge la capital de la región de Flandes, la población está más inclinada hacia el flamenco y el neerlandés... aunque la verdad es que ni siquiera mi amigo, tan holandés como un molino de viento aunque no sea ni rubio ni tan alto como otros, pudo comprender muy bien. El dueño del pequeño lugar en donde tomamos el almuerzo/comida comenzó a hacernos plática, y se sorprendió cuando las cuatro chicas le dijimos de dónde éramos (Grecia, Francia, Bolivia y México). La conversación siguió más o menos así:
Señor: you are a peculiar group (se dirige a mi amigo, quien la verdad sea dicha no parece tan holandés). So, where are you from? America?  
Willem: No, I'm from the Netherlands. 
Señor: ¡oh! (y comenzó a hablar rápidamente en lo que creemos fue el neerlandés de Bélgica). 
Willem: sorry?

Además de los edificios antiguos, de sus canales y puentes que ya no me sorprendnen tanto porque Netherlands, Brugge resalta por sus bordados, los famosos chocolates belgas, la cerveza belga y los waffles también belgas. Dirán lo que sea de los belgas, pero en comparación con Amstel y Heineken, saben hacer buena cerveza. Como ya es costumbre cada vez que salgo a una ciudad al otro lado del mundo, nos pusimos a deambular siguiendo las recomendaciones de un mapa que Lu encontró en la estación de tren. Al final no sabemos cómo, pero terminamos dentro de lo que parecía ser una feria.

Colección de cervas belgas.


¿Volvería a Brugge? Al igual que con Praga, preferiría conocer otras ciudades antes de regresar, pero sí lo haría. Será porque es primavera, pero allí todo era tan verde y lleno de vida, que me sentí en paz conmigo misma y disfruté cada instante. La arquitectura de sus casas me recuerda a la de los Países Bajos, lo mismo que sus canales, pero el aire que se respira es mucho más relajado... sencillo, tranquilo.


Estos edificios se parecen mucho a los que hay en el centro de Wageningen



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